La zona expositiva del Vestíbulo del MARQ ha presentado esta mañana “Ajuares para la eternidad. El rito funerario en el Cabezo del Molino”. La vigésimo primera muestra presentada en este espacio, destinado a exponer singulares piezas arqueológicas, mostrará durante un año cuatro conjuntos de joyas bizantinas halladas en la necrópolis del yacimiento localizado en Rojales.
Esta exposición nace de los resultados obtenidos en los trabajos de investigación llevados a cabo desde el año 2018 en el enclave del Cabezo del Molino, un proyecto que forma parte del Plan Anual de Excavaciones de la Diputación de Alicante, a través del MARQ, con la colaboración desde sus inicios del Ayuntamiento de Rojales y del Museo Arqueológico y Paleontológico de esta localidad.
A través de una novedosa museografía, paneles explicativos y un vídeo narrativo, ‘Ajuares para la eternidad’ muestra un particular momento de la historia. El Cabezo del Molino es uno de los primeros yacimientos de la provincia en el que se ha podido constatar la presencia de población de época bizantina (siglos VI-VII d.C.), en este caso a través de una gran necrópolis que, además, es de las primeras manifestaciones en nuestro territorio de comunidades cristinas en el mundo rural.
De las excavaciones destaca el elevado número de enterramientos infantiles hallados -seguramente víctimas de la grave epidemia llamada “peste de Justiniano”– y la localización de un conjunto de sepulturas femeninas de edades muy jóvenes -entre 6 y 12 años- que presentaban un tratamiento muy especial ante la muerte. Estas niñas tuvieron una muerte súbita y prematura que les impidió realizar en vida rituales de gran relevancia social, como el casamiento.
Por ello, en su muerte y con el máximo de los cuidados, fueron ataviadas de forma especial, con joyas propias de las novias. En estos casos, como ha explicado Ximénez de Embún, “el rito funerario documentado ha sido impactante y conmovedor y nos ha dejado conjuntos compuestos por collares y pendientes, de materias primas de alta calidad como el ámbar, el bronce y la plata, la pasta vítrea o las piedras semipreciosas como la cornalina y la turquesa”.
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