Pablo Gervás, Doctor en Informática, experto en inteligencia artificial, sus programas y aplicaciones han generado versos, cuentos y hasta la narrativa de un musical. En su despacho, un cubículo compartido en la Facultad de Informática de la Universidad Complutense de Madrid, hay dos estanterías enladrilladas con libros en las que conviven complejos manuales de inteligencia artificial junto, pongamos, Poeta en Nueva York. Dirige el Instituto Universitario de Tecnologías del Conocimiento y el grupo de investigación NIL (Interacción Natural basada en el Lenguaje).
Uno espera que los robots escriban ciencia-ficción porque es donde los humanos ubicamos las historias de máquinas inteligentes. Ellas aprenden de nosotros, cierto. Pero a partir de ahí toman su camino. Y predice Gervás un futuro en el que seremos nosotros quienes aprendan de ellas: “Ya ocurre en el ajedrez”.
Conoceremos la vida de WASP (Wishful Automatic Spanish Poet, el aspirante a poeta automático español). Recientemente escribió “Engalanados por los derechos / del niño indígena. Apago soles. / Concluido el objetivo que exista / todo el mes para que ya sin nombre. / Dichosa puerta que nos transforman. / Solidaridad vocación. Hombres”